Con el tiempo, Rodrigo encontró la manera de ayudar a su pareja a solucionar una lesión de espalda de la mano con su obsesión por el sabor en la cocina: el Bone Broth, caldo de hueso preparado en cocción lenta y prolongada. Esta preparación ha sido utilizada en la medicina tradicional de diversas culturas por su alto contenido de colágeno y aminoácidos esenciales, entre otros nutrientes.
A partir de esa idea empezó a experimentar con opciones alternativas. En primer lugar, recurrió a los frutos del mar para crear un fondo más sofisticado, dada su afinidad por cocina de mar y su amplia experiencia en altas cocinas del Mediterráneo y el Caribe, dónde vivió por más de 4 años. Seguidamente, incorporó el pollo de libre pastoreo para crear un Bone Broth más versatil y, por último, los vegetales, para atender la creciente demanda por un fondo liviano sin proteina de origen animal.