CONSUMO LOCAL

 

A principios del siglo pasado el modelo alimentario sufrió una gran industrialización. Un símbolo de esta transformación de consumismo ha sido la mecanización de muchos trabajos, que ha desencadenado la pérdida de prácticas artesanales y de tradiciones socioculturales del sector primario.

 

QUÉ ES EL CONSUMO LOCAL

El consumo local podría entenderse como una nueva corriente socioeconómica que ha modificado por completo el comportamiento de los consumidores y del comercio, así como nuestra relación con el entorno natural del que vivimos.
Se trata de un modelo de consumo responsable o consciente, contrario al consumismo, centrado en la satisfacción de aquello que es estrictamente necesario a fin de mejorar el bienestar de las generaciones presentes y futuras.
Un modelo, por tanto, sostenible y en el que sí importan los posibles impactos ambientales y sociales derivados de la cadena de producción, transporte, distribución y consumo.

 

Centrándonos en el contexto alimentario, con el fomento del consumo de proximidad o Km0, calidad y de productos de temporada (en pequeñas carnicerías, pescaderías, verdulerías, panaderías, etc. del lugar en el que vivimos), esta alternativa permite compatibilizar e integrar el desarrollo económico de los territorios, con la conservación de la naturaleza y el progreso socio-cultural.
Garantizando así la seguridad y soberanía alimentarias y logrando que el consumo local sea equitativo y saludable.